LA FÓRMULA E BUSCA CONCLUIR UNA TEMPORADA ATÍPICA

Los monoplazas eléctricos vuelven a dar espectáculo cinco meses después, para concluir una temporada bastante emocionante.
El aeropuerto de Tempelhof, un aeródromo de los años 70, lugar clave para los estadounidenses en plena 2ª Guerra Mundial, es el lugar escogido para el final del mundial de Fórmula E, en el que acogerá 6 carreras: las dos primeras, se realizarán en el trazado de los años anteriores; las dos siguientes se harán en ese mismo recorrido, pero a la inversa y las dos ultimas, será una modificación del segundo trazado.
Cómo normativa, para cumplir las medidas sanitarias establecidas por el gobierno alemán, se prohíbe la entrada de público al circuito, solo personal esencial. Un máximo de mil personas, incluyendo proveedores locales y equipos médicos con cada equipo de Fórmula E con personal limitado. Todos los asistentes deberá realizarse pruebas de coronavirus antes de la carrera y todos los días al llegar a la pista pruebas de detección. La Fórmula E también obligará el uso de máscaras faciales, distanciamiento social y limitará el movimiento en espacios de trabajo con zonas claramente definidas según la necesidad de todos los presentes.
Durante el confinamiento, la Formula E puso en marcha un proyecto denominado: Fórmula E Race at Home Challenge, dedicado a mantener a los pilotos activos en un evento virtual a beneficio de UNICEF: 8 carreras virtuales retransmitidas en directo a los aficionados con el objetivo general de reforzar los esfuerzos de alivio de coronavirus.
El campeonato llega muy apretado con Antonio Felix Da Costa como líder. Sin embargo, los cuatro primeros de la general están separados por 23 puntos, por eso Da Costa, Evans, Sims y Guenther parten como favoritos para ganar el campeonato, pero sin olvidar a Vergne, vigente campeón que va octavo con 31 puntos.
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