El 2022 dejó a España en la cola de Europa en el desarrollo de la electromovilidad
España se queda muy lejos de los objetivos marcados para 2022 tanto en el ámbito de mercado electrificado como de infraestructura de recarga de acceso público
España cierra 2022 a la cola de Europa en el desarrollo de la electromovilidad. Según un estudio realizado por la ANFAC, nuestro país ha alcanzado una valoración total de 15,3 puntos, lo que supone un crecimiento de 3,5 puntos respecto al año anterior. Nuestro retraso se evidencia de forma más pronunciada al compararnos con Europa, donde la media de los países se sitúa en un total de 33,7 puntos sobre 100, con un aumento de 7 puntos.

Tal y como destacó ANFAC el ritmo de desarrollo de la electrificación en Europa se está partiendo en dos. Por un lado, países como Alemania, Países Bajos o Reino Unido crecen por encima de la media europea, destacando también el caso de Portugal que gracias a una fiscalidad y medidas enfocadas en favorecer el desarrollo de la electromovilidad lo sitúan al mismo ritmo que la media en Europa, habiendo acelerado su ritmo de desarrollo. Mientras que España, con cerca de 15 puntos por debajo de la media europea se ubica al mismo nivel de desarrollo que países como Hungría, República Checa o Italia, es decir, ocupando el tercer puesto por la cola.
Además, la penetración vehículos electrificados en España se mantiene a un ritmo muy lento en comparación con el resto de Europa. En 2022 se han matriculado un total de 78.316 turismos electrificados, lo que supone un aumento del 17,1%, pero a pesar de este crecimiento no se ha logrado alcanzar el hito mínimo de 120.000 nuevas matriculaciones y necesarias para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones para 2030.
El ritmo de desarrollo de infraestructuras de recarga pública también sigue sin acelerar y España ocupa así las últimas posiciones en el ranking europeo. En 2022, se ha alcanzado una valoración de 7,3 puntos sobre 100 en el indicador de infraestructura de recarga, que representa un aumento de 3,3 puntos.
La infraestructura de recarga de acceso público ha alcanzado los 18.128 puntos de recarga, lo que en comparación con el año anterior supone 4.717 nuevos puntos de recarga. El aumento registrado en el último año es insuficiente para alcanzar el objetivo marcado para 2022 de 45.000 puntos de recarga de acceso público, necesarios para dar cobertura al objetivo del PNIEC. Igualmente, al ritmo actual será difícil alcanzar los objetivos indicados en el Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia marcados por el Gobierno que fijan para 2023 entre 80.000 y 100.000 puntos de recarga de acceso público y 250.000 vehículos electrificados.
Por otra parte, del total de nuevos puntos de recarga instalados durante 2022, hay que destacar que el 55% corresponden todavía a potencias de 22kW o menos, es decir 2.582 puntos de recarga. En su totalidad, a cierre de 2022 para consolidar una red de infraestructura de recarga de calidad es necesaria la instalación de puntos de recarga rápidos por encima de los 22kW que permitan reducir los tiempos de carga de los vehículos electrificados. A cierre de 2022, solamente el 21% de la infraestructura de recarga de acceso público cumplía con esta condición.
Pero yendo más allá, solamente el 1,4% de la infraestructura de recarga de acceso público permite la carga a 250 kW o más, lo que permite tiempos de recarga de menos de 15 minutos.
Para tener una infraestructura de recarga con suficiente calidad es necesario contar con un tejido de puntos de recarga de acceso público con potencias superiores a 150kW que sea capaz de abastecer y facilitar el despliegue de vehículo electrificados. De igual modo, este tipo de infraestructuras será necesario para la movilidad eléctrica asociada a los vehículos pesados que parten de potencias de carga de 150 kW ya en la actualidad y requerirán potencias muy superiores en el medio – largo plazo.
“La electrificación de nuestra movilidad es más que un compromiso, es una exigencia, y más tras la confirmación por parte del Parlamento Europeo de la prohibición de los vehículos de combustión para 2035. Pero los resultados del barómetro de electromovilidad de ANFAC para 2022 evidencian que el nivel de exigencia requerido no está yendo acorde con el nivel de medidas para facilitar esta transición. En 2022 no se han logrado los objetivos mínimos ni de infraestructura de recarga ni de mercado necesarios para cumplir con las reducciones de emisiones marcadas para 2030. Desde el sector ya hemos advertido que el ritmo de electrificación está siendo muy lento. Hay oferta existente, pero tanto la demanda como el desarrollo de puntos de recarga públicos están siendo claramente insuficientes. Nos enfrentamos a un plazo de 12 años en el que solo se van a poder vender vehículos cero emisiones. Si queremos que este cambio sea una oportunidad y no un riesgo real para nuestra industria y su empleo, es necesario acelerar y actuar desde ya mismo. Desde ANFAC, hemos planteado nuestra hoja de ruta 2023-25 donde manifestamos las medidas con carácter urgente que se han de poner en marcha, amén de avisar de lo innecesario de la normativa Euro 7 de emisiones.. El sector se ha comprometido a cumplir con la normativa de emisiones vigente. Venderá vehículos cero emisiones en 2035 si así lo exige la ley. No tiene sentido invertir tiempo, talento y dinero en hacer más eficientes vehículos de combustión con fecha de caducidad como exigiría la Euro 7/VII y que penalizarían la apuesta por la electrificación con un exiguo resultado en materia de reducción de emisiones”, destacó José López-Tafall, director general de ANFAC.
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